Pasan los días, mi amor, y el
dolor hace lo suyo
Caracas es ruina, una flor, un
lacerante murmullo
Hombre lobo, como soy, a la Luna
lanzo aúllos
Soy un santo, un perdedor, el
piano man ahora es tuyo
El cielo revienta en rojos, las
nubes son un imperio
Yo que llegué muy sonriente, pero
terminé muy serio
Porque entendí que el amor, al
final, es un misterio
Si comienza en un burdel, termina
en un monasterio
Santo negro, ¿a dónde vas, con
esos ojos tan negros?
Tus ojos desorbitados, son ojos
ciegos de ciego
Ese puñal en tus manos, me dice
que estás muy loco
Quise darte un beso ayer, no me mataste por
poco
Negra es –pues- tu santidad,
ahíta de mil venenos
Tu coche brujo Mercedes, un día
se irá sin frenos
Por un barranco infernal, por yo
decirte lo menos
Es tanto como mereces, por ser
santo tan obsceno
Por Alejandro Ramírez Morón
Caracas, 11 de octubre de 2017
A Ludovico Silva, IN MEMORIAM