La vida es lucha

Salí a pescar, esta mañana, luego de una ducha fría
La fluorescente clorofila de cada árbol fragante
El prodigioso rojo de ese coche que cruzó la calle
El olor a plomo en el aire pesado, mi reloj de pulsera

Un día elegí la palabra como forma de vida
Las palabras se me atraviesan a cada instante
En un vaso de leche, en un perro, en tus ojos
Hay palabras que atenazan como el diablo

El autobús es un acorazado de hierro
Largo, rudo, sencillo como un diente de niño
La gente huele a crema barata, a sudor reciente
Es de mañana, y el cielo nos ignora, perfecto

Doy fuego a un cigarrillo, lejano como Oriente
Mi ropa está planchada, mis pies llevan corriente
La música me abraza, con brazos inasibles
Es líquido el embrujo, hondas las cicatrices

El monitor destella, con blancos asombrosos
En la oficina hay huellas, de un animal hermoso
Mi maletín esconde artificiosos mundos
Puedes seguir la ruta, del orden que se impuso

Cuando yo salgo al mundo, amantes se desnudan
Y en el fiero Amazonas, los animales sudan
Pero yo vivo acá, en la ciudad de locos
Caracas infernal, desmadre como pocos

El Ávila permite que el sol haga milagros
Sobre su verde faz de amor tornasolado
Imperio es ese cerro, su novia es la textura
Y es que vivir acá es toda una aventura

Hay posters sin igual, decoran la autopista
Belleza por cobrar, anótate en la lista
Mujeres sin piedad, petróleo vuelto curvas
Caracas, niña mal, asombras y perturbas

También salí a pescar, el sábado en la noche
La calle es un lugar de lujos y derroches
La vida es un manjar, brutal gastronomía
La muerte huele mal, infecta la avenida

La prensa al quiosco va, ufana y poderosa
Mas dar con la verdad, viene a ser otra cosa
El reportero acá, es algo variopinto
Porque entre aquí y allá, el juego es bien distinto

Y está la Catedral, preñada de silencio
El Metro sin final, el ticket sin regreso
El clima es bueno, al fin, tan fresco como el viento
Caracas es gentil como un muchacho apuesto

La zona financiera, voraz, nunca te espera
La gente del Oeste, subsiste en una peste
Mañana iré a pescar, tras una ducha helada
Entrando en alta mar, con la guerra ganada