La diosa estalla en una profusión de carne
Es vida pura, pasión, demonios locos
Ella sabe desplegar su vuelo desbocado
Lleva en sus pies una seducción de seda
Como petróleo en llamas, o un origami maldito
Ella muerde con fuerza la presa que devora
Como una selva espesa, como el peligro virgen
Su cuerpo huele a milagros, sus nalgas huelen a crema
Bajo el embrujo del diablo, sus aceradas pupilas
Miran el vicio profano con dulce saña tranquila
Los hombres caen rendidos y ella sus garras afila
Miel venenosa su rosa, néctar precioso destila
No hay nadie que la supere, en dar placer y alegría
La diosa duerme tranquila, está segura, confía
Quien hiciera lo correcto, un gozo pleno tendría
No cualquiera la posee, ella venera la hombría
Es la mejor de la historia, no nacerá quien la iguale
Tenerla es un privilegio, de pocos, rogar no vale
La diosa desea un macho, que la trate como hembra
Pero quien no la respeta, la oscura desgracia siembra
Está claro como el agua, la diosa se entrega plena
Con dulce gracia de dama, y magia de luna llena
Le gusta que la seduzcan, con vino de fina cena
La discreción es su arte, pero se entrega sin pena
La diosa nació para esto, en el hombre dicha encuentra
Su ternura es infinita, al complacer se concentra
Quien logra dar en el blanco, a su cueva tibia entra
Quien de su capullo prueba, en delicia fiel se adentra
La diosa guarda secretos, que se llevará a la muerte
Quien respeta su silencio, correrá con buena suerte
Te trata con estrategia, pues desnudo quiere verte
Quiere devorar tu carne, con maestría comerte
