Navaja

Apriétale el cuello, tritúrale la garganta
El vértigo siento, si el diablo atenaza
Un sólido imperio, me ahorré la amenaza
Letales venenos, divinas mortajas

Yo habito esta tierra, con púa y navaja
De ti no me fío, regresa a tu caja
Mi boca se cierra, mientras tú te rajas
Le muerdo la nuca, y ella se relaja

La hembra se entrega, cual maldita gata
Se queda muy quieta, mientras él la mata
¡Qué sexo exquisito! En sus cuatro patas
De las más putitas, es la crema y nata

La noche gigante huele a callejuela
Sigue caminando, aprieta las muelas
Yo gané esta guerra, aunque a ti te duela
Así se termina, esta gran novela…