Líneas claras y precisas, bien marcadas,
Mi vida está cortada con un fino bisturí…
Voy de la poesía a la matemática fría,
De la moneda al suspiro, de la pistola al vientre…
Cada tanto lavo mis manos pardas,
Aunque las vuelva a ensuciar de barro y estiércol…
Y cada vez ellas envejecen un poco, se marchitan,
En el círculo virtuoso de una perfección de tiempo…
Tener clara la mente, y la mirada limpia,
Aunque, de vez en cuando, los venenos valgan…
El pulso firme y bueno, segura la pisada,
Las cartas en la mesa, el as bajo la manga…
Saberme no perfecto, falible, perfectible,
En mi debilidad soy fuerte, y es mi locura falsa…
Seguro estoy, mi bien, de poder alcanzarla,
A ella, buena y bella, felicidad anhelada…