"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

jueves, 20 de octubre de 2011

Hembra




Llevabas taco aguja de brillantes
La mente disparada como un revólver loco
Querías jugar mi juego, pedías arte y parte
Eras hembra astral, yegua salvaje

Despachamos un buen vino, ricas carnes…
Me mirabas con odio, trataste de besarme
Pagaste tú la cuenta, como antes…
Debajo del mantel tus pies de ángel

Hablabas como loca, kitsch, desarme
Tratabas de venderme tus verdades
Prendiste un cigarrillo, sin contarme
Que aquella noche, sí, me traicionaste

Yo estaba allí sentado, pero en Marte
Ya no me interesaba ni mirarte
Mis piernas fueron de otras, mucho antes
Y allí donde me viste tramé planes

Quizás mi dulce cara de lactante
Te hizo pensar que, al fin, sería fácil
Mentirme porque sí, eso era antes
Que la verdad valía en una amante

Que la verdad sea dicha, no notaste
Que yo ya no era el mismo, el tonto de antes
Si tonto fui, lo admito, tú ganaste
La apuesta, pero te dejé ganarme

Y es que el amor es mar de cicatrices
Más que mujeres, siempre tuve actrices
Como un dragón de fuego son los celos
Destrozan corazones, siembran duelos

Hoy que de lejos veo aquel infierno
Festejo el haber sido perro viejo
Si me lavé las manos con astucia
Perdona, corazón, fue culpa tuya

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