"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)
sábado, 14 de abril de 2012
Espíritu
Arde Roma, la bella emperatriz está desnuda
Libros libres, esposas de felpa, Dios escribe
Dos tijeras, trece balas y una gata pordiosera
Ley del deseo, mi cuaderno y todas las quimeras
Vuela América, todos sus ancianos rezan
Arquitectos sueñan cárceles que ruedan
Tus dos piernas se desbordan hacia el suelo
Tus tacones son dos férreas fortalezas
Aquella casa simple como un trozo de pan
A veces viene en sueños, una puerta al más allá
Aquel bambú oloroso, los insectos, toda el agua
Viven en una esquina de mi alma, magia blanca
Caracas brillante, tus secretos son diamantes
Tan solo si tus calles volvieran a ser como antes
La brisa nada pesa, lo gritaré con mil parlantes
Ciudad de perros viejos, y loca furia de amantes
Los cómodos audífonos esconden mil secretos
Sutiles escondrijos del sonido son decretos
Sentencias del destino que me llevan hasta el vino
Paraísos diminutos, fiel placer, petróleo en bruto
Puedo leer bien tu mente, tan solo entre tanta gente
Quien me odie que me quiera, quien me busque que me encuentre
Intuición, telepatía, bien llámalo como quieras
Si entraras por esa puerta, y vana ilusión no fueras
Una fiel fotografía, entonces tal vez te haría
Para que quedaran pruebas, no respires, ni te muevas
Que nadie conoce a nadie, y esta vida es pasajera
Que estamos acá de paso, la mente no deja huellas
Grita el África, azotada por el hambre
Sol maldito, miles de abejas, enjambre
Cristo vive, amarrado con alambres
A mi cuello, mi espíritu en mil calambres
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