"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)
sábado, 7 de abril de 2012
Samurai
¡Oh, tú! Samurai hermoso, de sabia ciencia
Manejas con destreza tu cuerpo y tu cabeza
Sujetas bien el sable, tu duda es razonable
Tu mente desconfía, luchas con valentía
De gran sabiduría, guerrero portentoso
De fina inteligencia, tu tiempo es muy valioso
Con plena maestría, y astuta sangre fría
Despliegas tus virtudes, para que nadie dude
Tu fuerza está en tu alma, jamás pierdes la calma
Con mística elegancia, derrochas tus fragancias
Peleas limpiamente, jamás bajas la frente
Tu sable corta el aire, en un sinuoso baile
¡Oh, samurai precioso! Tu tiempo es muy costoso
Es de un honor sin grietas, la mano con que aprietas
¡Oh, samurai brillante! Memoria de elefante
Nunca la afrenta olvidas, perdonas enseguida
Tus ojos son enigmas, mirada muy benigna
Profundas tus pupilas, que impenetrables miran
Tu oído es muy agudo, en tu garganta un nudo
Cuando tus armas matan, y el diablo se desata
Vistes con rica seda, brillante como estrellas
Muy poco vino bebes, jamás una botella
Con lúcida paciencia, todos los pactos sellas
Robustas y aceitadas, tus piernas son muy bellas
Aprecias el silencio, acaso más que el oro
Y tu callar se impone, cual místico tesoro
En el mejor momento, colocas la palabra
Con ello siempre logras, que toda puerta se abra
¡Oh, samurai perfecto! Profundo es tu intelecto
Sabes leer la mente, descubres al que miente
Cuidadas estrategias, jugadas siempre regias
¡Oh, samurai lujoso! Tu tacto es poderoso
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