"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)
viernes, 27 de abril de 2012
Fumador empedernido
¡Ea!, dices, despacharé otra cajetilla
Daré cuenta de innumerables cigarrillos
Perfectos, industriales, inteligentes
Quién lo diría, muerte lenta, día a día
Tu vicio te atenaza, la muerte te amenaza
Sin freno va el veneno, y se te antoja bueno
Fumar es delicioso, piensas, tonto vicioso
La enfermedad te espera, en una cama austera
Olores consistentes, compactos, pestilentes
Llenas el cenicero, dejas la caja en cero
Tus dedos son nervudos, en tu garganta un nudo
¡Qué débil! No hay consejo, no dices “yo lo dejo”
Te entregas sin remilgos al humo todo el día
Pero al pasar los años, vendrán las agonías
Un vicio para tontos, una prisión muy fría
Te matas lentamente, se asfixia tu energía
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