"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

viernes, 1 de junio de 2012

Ira


Hoy me convertí en demonio, exploté pleno de odio
Proferí mil maldiciones, escuché viles canciones
Invoqué al demonio negro, mi plata pedí en reintegro
Mi ira fue ardiente fuego, un infierno, no lo niego

Perdí así, pues, la paciencia… fui un hereje, y a conciencia…
Con total alevosía, me jacté del mal que hacía…
Me importó apenas un cuerno, en mi alma brilló un invierno
Renegué, sí, de mi suerte… me cansé de hacerme el fuerte…

Y mi religión sagrada, me pareció una trastada
Insulté al Dios de mis padres, muerde perro, no me ladres…
Destruí cosas hermosas, manotadas peligrosas
Violenté la calma espesa, de la furia a la sorpresa

Entendí que no hay salida, de la cárcel que es la vida
Somos reos del destierro, las cadenas son de hierro
Tras las rejas, agitado, tengo llave del candado
En prisión estoy muy libre, mi arma es de gran calibre

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