"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

The end



He llegado a un punto ciego, sin retorno ni autopista
Queda dicho, de momento, todo lo que yo quería
De a poquito, verso a verso, con la pluma bien erguida
Escribí lo que te cuento, en clave de poesía

Dicen que la muerte acaba, con todo afán en la vida
Más seguro estoy de esto, que tras morir seguiría
Escribiendo versos lentos, de venenos y agonías
Pero sabe Dios si es bueno, morir y seguir la rima

Dijo Baudelaire, sincero, que al maldito lo visitan
Las serpientes, las arañas, y de brujas cofradías
Cuando muera sólo quiero, una misa, a mis amigas
Sonará una carcajada, sobre mi tumba exquisita

He llegado así al final, pongo punto, llevo prisa
Otro poema vendrá, y se irá como la brisa
Cazando dulces palabras, encajando frases frías
Asimismo encajará, el rompecabeza un día

Católico



Rezar es elevarse, guardarse en zona pura
La confesión del mes, remedio que me cura
La santa comunión, un bálsamo de luna
La Iglesia es mi sostén, mi lúcida locura

La misa es oración, acto de fe, cordura
Los fieles que me ven, no saben que la duda
A veces se me aloja, a veces me tortura
Callar es ocasión, de santidad muy oscura

Negra es mi santidad, brotada de ternura
La tonta ingenuidad, no salva ni perdura
Mejor saberse, al fin, un pecador de altura
Que muda de laurel, como de ropa muda

Que sólo es santo Jesús, que la penitencia ayuda
Que Dios es amor, y sí, no amas si disimulas
Quien peca debe saber, que el pecado siempre anula
Si bien siempre pecarás, hay que librar bien la lucha

Mi padre


Mi padre era como un árbol… mágico, bello y fragante…

Brillante, puro y tocado… por eléctricos diamantes…

El día que murió mi padre, lloré con llanto de niño

Pero entendí que era parte, del negocio obviar la carne

La luna brilló gigante, como una dama exquisita

Lo supe nomás mirarla, que sonreía mi padre

Era mucho más que un cuerpo, era alma y era arte

Mi padre era un hombre completo, llevaba hombría en la sangre

De niño siempre topaba, con fuego, con alacranes

Papá pisaba con fuerza, sabía bien como hablarte

Tenerlo era paz serena, seguridad sin ambages

Miraba al cielo y tocaba, sus canas como quien sabe…

Este poema no es réquiem, celebra más bien contarte

Papá, entre los varones, que pasaron a ser ángel

Un ángel hermoso y fuerte, terrible y desenfadado

Mi padre enfrentó la muerte, teniendo el cielo ganado

Shave


Agujas de hierba fresca, mi barba brota exquisita

Con agua mojo mi cara, muy fría, mis poros gritan

Espuma blanca y fragante, payaso soy de esta vida

Está listo mi escenario, espejo que mira y mira…

Con método cartesiano, escribo el guión, mi vida

Primero van las patillas, después vienen las mejillas

Cuidado, el mentón es torpe, te cortas si bien no atinas

El cuello va desde abajo, y al fin, el bigote quitas

Y lavas muy bien la cara, la crema que sobra limpias

Y vuelves a contrapelo, sobre la trama ya escrita

Te miras en el espejo, más agua, la mueca irrita

La piel se tensa, es muy suave, ensayas una caricia

Llegó el momento supremo, de rociar el after shave

Mi abuelo, después mi padre, yo también me lo compré

El rostro se regocija, la alegría huele bien

A menta, a cosa muy nueva, a mañana de placer

Fuego sagrado


El fuego fue bendecido, bajo aquella noche amiga

El rito marcó mi ruta, fue rota aquella agonía

Un sacerdote de blanco, y las estrellas espías

Mis padres y mis zapatos, mi fe, mi tierna alegría

El templo brilló genuino, como una gema con vida

Aquel celestial perfume, con que perfumé mi hombría

La crema que usé esa noche, el toque de agua bendita

En fiel perfección que quema, sagrados fuegos me cuidan

Bajo mis ropas, tibieza, la piel de quien ejercita

Con pía ambición de cielo, a Dios como poesía

En buen estado de gracia, sabía que no podría

Ya nunca volver la vista, que ya nunca volvería

De profundis, desde el alma, desde un corazón que ansía

Te pido que no haya vuelta, que eterna sea esta dicha

Serenidad franciscana… y sí, algún vicio, alguna ruina

Que nunca seré perfecto, mas tu perfección me habita

Negocios


Son pocos jugadores, y no se tiran flores

Producto de la venta, vivimos de la renta

En limpios anaqueles, se ganan los laureles

La fiel calculadora, el holgazán en mora

Llegaron al mercado, de pronto, de repente

Cuando se dieron cuenta, ya había mucha gente

Llenaron sus bolsillos, de plata, de monedas

Abrieron la champaña, en sábanas de seda

Se hicieron enemigos, al disputar su parte

Negocios son negocios, y lo demás es arte

Viajaron por el mundo, comieron mil manjares

Cuando llegó la muerte, murieron sin altares

Abrieron oficinas, suntuosas y divinas

Y a gerenciar con gracia, se dijo en hora aciaga

Son pocos jugadores, se ahorran pormenores

Cuando sobre la mesa, deciden sus horrores

High tech


A veces creo que este ordenador fragante

Sigue una orden fría, de mi mente delirante

Sin yo tocar siquiera, tecla alguna, ni moneda

Que ponga a funcionar a mi computador de seda

Si obviamos la corriente, lo que yo tengo es gente

Detrás de la pantalla, que tan prudente calla

Si obviamos los botones, tenemos emociones

Y siempre algún canalla, se pasa de la raya

Adentro de la caja, mi voluntad se raja

Cuando ceros y unos, dan cuenta de mi ayuno

Quisiera, sí, tocarte… pero por todas partes…

Mas debe ser bastante, un píxel de tu carne…

Como llorar no quiero, contengo mi deseo

Si estamos en los cables, cortemos con un sable

De samurai nipón, la conexión, pero antes

Hagamos oración, por nuestra propia sangre

La pistola


Dueña de una seguridad lunar, nocturna

La pistola despide brillo de lupanar, de astucia

Va de aquí para allá, coqueta… bella…

Dice: soy una nena nomás, quédate tranquilo

Ella calla con un silencio anguloso, fino

En el tambor las balas la preñan de muerte

El fiel cañón te mira con su pupila gatuna

Y su martillo tiembla por martillar, sin dudas

Al cinto va la chica, qué más podría pasar, pregunta

La vida es cosa simple, cosa de perseguir la luna…

Sabe que hay mucho ruido, si al disparar, no ajustas

La cuenta bien preciso, que no haya cuenta alguna

La nena te acompaña, sí, jamás tendrá la culpa

Culpable es quien dispara, su bala fría y muda

Preciosa compañera, tan casta, tan prostituta

Pistola, quien te carga, debe cavar su tumba

sábado, 24 de septiembre de 2011

Destino


Atado estoy a un vértice del orbe

En donde hicieron nido mil serpientes

Un vértigo letal causa mi nombre

Mi daga se ha clavado en tantos vientres

Nací bajo un hechizo de escorpiones

Y eléctricos sonidos seductores

Mi sangre carga pólvora y rumores

De guerras, y de hembras, y cañones

Es mi destino ciego y demoniaco

Como el acero negro de mis ojos

Mi corazón brillante es vino rojo

Que late a mil por hora, si te toco

Un jugador eterno, un niño loco

Un antifaz de infierno, oídos sordos

La piel tornasolada por estrellas

Un ruin secuestrador de cosas bellas