"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mi padre


Mi padre era como un árbol… mágico, bello y fragante…

Brillante, puro y tocado… por eléctricos diamantes…

El día que murió mi padre, lloré con llanto de niño

Pero entendí que era parte, del negocio obviar la carne

La luna brilló gigante, como una dama exquisita

Lo supe nomás mirarla, que sonreía mi padre

Era mucho más que un cuerpo, era alma y era arte

Mi padre era un hombre completo, llevaba hombría en la sangre

De niño siempre topaba, con fuego, con alacranes

Papá pisaba con fuerza, sabía bien como hablarte

Tenerlo era paz serena, seguridad sin ambages

Miraba al cielo y tocaba, sus canas como quien sabe…

Este poema no es réquiem, celebra más bien contarte

Papá, entre los varones, que pasaron a ser ángel

Un ángel hermoso y fuerte, terrible y desenfadado

Mi padre enfrentó la muerte, teniendo el cielo ganado

No hay comentarios:

Publicar un comentario