Abriste las ventanas de par en par
El amor se te escapaba como un pájaro de fuego
La luz está allá, muy dentro de nuestros corazones
Las llamas arden en tu vientre de carne suave
Amar, amor, amar…
Cada palabra una llave hacia otra dimensión.
El hijo de tus noches y tus sueños,
Tiene la piel dócil como la cordillera azul.
El mago de las luces te abrió las entrañas,
Extrajo rojos, amarillos, lilas y azules azulísimos.
Tus pechos eran rebeliones de seda y estrellas
Tus pies dos ensenadas, con gaviotas y palabras quebradas.
Oye las guitarras eléctricas restallar…
Su sonido se alimenta de mi sangre virgen.
Esta luna implacable es dueña de una autoridad de siglos,
Sólo brilla como loca… quiere decirnos que la noche es asesina…