Un mirada mía, traicionera
Acicateó los átomos de tu perfume
Tus alas suaves se agitaron en la noche
Tu esencia confundió –por fin- a las estrellas espías
Luego pisaste a fondo el acelerador de tu MB,
El cuero de los asientos te hacía sentir feliz, sí, muy feliz
Levanté tu falda y –trastornado- toqué tus muslos…
Un minuto después nos estrellamos contra el cielo…
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