"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Confort


Desde aquí se ve tan linda la vida

Esta claridad meridiana esta confeccionada

Con retazos de amor, carne y mística

Un trocito de estrella crujió entre mis dientes

Entonces se abrieron todas las dimensiones

Entonces entendí, que pude haber quedado ciego para siempre

Una gota de vino tinto cayó sobre mi lengua rosa

Y una tibieza sobrecogedora me recorrió hasta los pies

Una tibieza sobrecogedora, como un nocturno de Chopin,

O la mirada de mi madre, o el gesto cortes de un perro callejero

Siempre se agradece, la brevedad siempre se agradece

Una manta tibia siempre se agradece

¡Oh tú, inescrutable bóveda celeste! ¡Vientre opiáceo de la noche!

Derrúmbate sobre mí, como una sonora carcajada,

¡Oh tú, mujer insólita de muslos cremosos!

Ven a comer conmigo, apenas estas migas,

sobre una cama coronada de santas esquirlas

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