"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

viernes, 16 de diciembre de 2011

La gata


Ella clavó sus uñas letales en mí
Llegó a amarme con el alma toda
Sus pupilas gatunas brillaban, limpias
Sólo quería ser mía del todo, feliz

Yo conocí sus pechos lánguidos
Bebí de su entrepierna hasta el hastío
La hice sentir mujer, y niña linda
Mis manos duras le dieron seguridad sin fin

Ella jugó y rió en cálidas mañanas
Se entregó a la paz, a mis calores
Tocaba a Dios cuando la amaba
Y sonreía siempre en la estocada

La gata decidió con firmeza de destino
Su naturaleza felina la llevó a lanzarse
Sabía que caería sobre sus cuatro patas
Que aún tenía vidas, que saltar era ganancia

Yo la miraba quieto, cual quien no sabe
Y la esperé en la esquina, sin ropajes
Yo la enseñé a pelear, a dar zarpazos crueles
Le atravesé la vida, con mi puñal de mieles

Ella durmió en mi pecho, cual lactante
Gatita diligente, quiso comprar mi carne
Negocios son negocios, determiné sus días
Y acaricié sus espalda, llena de perlas finas

Felina peligrosa, minina divertida
Nos dimos una ducha, bebimos leche tibia
Aquella calidez era un seguro nido
Tan plena se sintió, juró por lo más lindo

La gata aseguró sus días con mi sangre
Quedamos infectados, pactamos sin ambages
Sus garras leoninas pisan con mi coraje
Que siempre será mía, sin vuelta atrás, ya sabes

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