
Nunca pierdas el foco, jamás pierdas la calma
No se te mueva, apenas, un músculo en la cara
La risa voluptuosa, manchada deja el alma
Es cumbre borrascosa, la insensatez del arma
Tu lucidez sea plena, genuina tu elegancia
Quien mucha fama anhela, con fatuidad se afana
Un yerro sin remedio, es la ira desbordada
Sea tu sangre fría, medida tu palabra
Baraja las opciones, no te vayas de bruces
Quien compra desatinos, también se compra cruces
Tu mano sea hierro, de seda el fino guante
Si el pulso no te tiembla, no hay hombre que te gane
Pisa pues con pie de plomo, cuida bien tu territorio
Que el intruso nunca pueda, pasa doble tu cerrojo
No confíes en cualquiera, que te lance un guiño de ojo
Sea la paz tu compañera, la malicia tu tesoro
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