Entre las fibras trémulas de mi corazón
Vibra la luz limpia y santa de tus pupilas.
Mi espinazo doblegado por el amor impío,
Siempre recordará tus diminutas risotadas de niñita.
Nadie es de nadie,
Nadie nace para nadie.
Lo importante es amar,
Lo importante es darse sin medida.
Como dulce agua de coco, o sabia savia…
No me importa si no te vuelvo a ver.
Porque amar de verdad es eso…
Entregar el alma y no necesitar…
Veo los ángeles brillar,
Me sujetan con autoridad castrense…
¡No te irás! Me gritan…
Ya nadie puede liberarte de la libertad…
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