La tarde violeta
Quemó tus labios,
Tus pupilas de oro
Se desbordaron sobre el cielo
Estabas maquillada
Los pechos abochornados de rosetones
Era carne, mi cielo,
No esperes el cielo
Cuchillos y balas,
Los ojos negros como gatillos,
Es rojo, mi amor,
El color de tu sangre es rojo.
Mi piel se eriza,
Siento el cuero, tenso…
El peligro te hace joven
La madrugada virgen huele a crema.
Cuando tu mente repta,
Como serpiente… como pasta…
A mil revoluciones por minuto,
Entonces destellan ellas… las estrellas…
Era el vino blanco,
Que estallaba entre tus muelas, como perlas…
Eran las medias en tus pies de polvo,
Tu espalda blanca y fina como arena.
Finalmente te clave una daga
Y gemiste acaso tu última mirada,
Aquella luz astral que quemaba tus pestañas
Preñó tu vientre tibio de palabras
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