La mañana resplandeció, virgen
Estaba desnudo, nena, frente a Dios
La sangré bombeó fuerte, tibia y rítmica
Del cielo brotaron mil colores santos
El agua cayó sobre mi cuerpo, benigna
Luego un poco de colonia, luz
Un cigarrillo, un poco de música
Pensarte entonces fue un placer
Me calcé las zapatillas, mullidas
Me puse una franelilla suave
Comí tostadas y café
El alma tiritaba en las pupilas
Y allí estaba… azul celeste…
Un retablo de
Estridente y lumínico, paz y rock
Todo un signo del amor…
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