La falda, eléctrica, me rozó la mejilla
Un nudo ciego de agua, y sales, y calor…
Tus piernas, infectadas de rosetones,
Apretaban a este mundo, a punto de escapar…
La máscara es de yeso, desnuda tu verdad
Tu piel de leche fresca, exhala bienestar…
Tuviste tres retoños, bravíos como el mar,
Tu sangre, fría y quieta, suscita tempestad…
Las motos arrancaron, dejaron todo atrás,
El sol, la luna, el viento… tu cuerpo de metal…
Las naves despegaron, volaron sin pensar,
La vida es este cuento, de cuentas por cobrar…
Los árboles respiran, y brillan sin parar,
El ancho mar de noche, es negro, y tu mirar…
Parece que dijera: no busques nada más…
Debajo de las piedras, sólo hay oscuridad…
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