"La poesía es el vino de los demonios". (San Agustín)

sábado, 22 de octubre de 2011

Nirvana



Finalmente lo logré, todo hizo click
Soy serpiente, soy veloz, mira mis pupilas
Son negrísimas, abismos impenetrables
Son dos plomos, dos gatillos, sendas balas

Ella se pregunta dónde está el ladrón
No sabe que llegaré en medio de la noche
Y que no tendrá ya más opciones
La dejaré sin aliento, le robaré el alma

Estoy callado, es mi mayor destreza
Paladeo el silencio en mi boca negra
Como un vino rojo de muchos siglos
Refinado y exquisito, demoniaco

Soy joven, mi piel está cargada de oxígeno
Los laureles que me sostienen, son finos
Como la luna, brillo, con destello de loco
Mi cuerpo huele bien, a espíritu adolescente

Estoy vivo, ahora sí, más vivo que nunca
Te pasé la factura, ajusté las cuentas bien
Es el mismo Dios quien me alimenta
Con mieles de placer, con aceites vírgenes

En medio de la negra noche, deliro
Sueño prodigios angulosos, como diamantes
Mi poder emerge de las sombras, espeso
Como un veneno letal, que te muerde las entrañas

Un ejército de ángeles eléctricos me cuida
Un alacrán me clava su aguijón en los talones
Fue amor al primer pinchazo, rojísimo
Aguas de vida pura me limpian, vivificantes

Electrocutado, nirvánico, ferozmente dionisiaco
Una violencia sagrada me atenaza la cabeza
Y mi locura es una lucidez exagerada
De sangre, poesía, de fragancia exótica

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